La vida siempre nos da muestras de que no todo esta perdido: una hermosa luna, un esplendoroso sol o una copiosa lluvia pueden marcar algun momento clave en ese punto de nuestra historia.
La mía comienza aquí... y es muy breve.
Una lluvia perfecta; el reproductor a todo lo que da, y una canción que siempre representa mucho para mi: Endlessly
¿Tendrás una idea de lo que siento cuando la escucho?
Lo sé, no lo sabes. Nunca lo sabrás. Me transporta a lugares mágicos, pero también llenos de dolor, tristeza, coraje, frío, incertidumbre total.
Me deja huecos muy difíciles de socavar. Preguntas llenas de incertidumbre, de nostalgia, de frialdad absoluta.
Y también me enseña a sacar mi otro yo. Ese yo que a más de 87 ha lastimado y a 13 más los ha hundido en lo más profundo del pavimento y sin sentir pena por ello. Me remonta a cada uno de los momentos cumbres de mi vida, ruin.
Pero no lo quiero, ya no. Me dolió. Me hirió. Y me prometí a mi mismo no volver a caer en todo eso. Quiero saber que el día de mañana no tendría que arrepentirme por lo hecho en el pasado; por lo vivido y por lo disfrutado.
Intento recrear este camino, solo. Sin nada que me detenga. Sin miedo a mirar atrás y saber que en un momento dado puedo retroceder.
Ya no hay porque tener miedo. Termino, así, sin más.
Fin de la historia.
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